The Mañana Culture

En 2020 el tiempo se detuvo. Pasado, presente y futuro se diluyen. Ayer, hoy y mañana... Era el momento de materializar varias ideas que estaban dibujándose, desde un profundo respeto y amor por la música. Conexiones con otros lugares y épocas, comunicándose desde el presente. La música de Samuel Peñas se unió a la voz y las letras de Andrew McAffer. Cientos de referencias e ideas propias fueron viajando virtualmente. De nuevo los vasos comunicantes entre presente y pasado hicieron que se sumase Miguel Benito (Pete) a la batería, convirtiendo el proyecto en algo real y dispuesto para tocar en directo. Era el momento de hacer un disco completo, solos y a la brava. No es un disco de principiantes, es un comienzo de algo, no solo otro disco más del confinamiento El sonido tenía que ser también un elemento protagonista y se realiza un meticuloso trabajo de grabación y mezcla, . Técnicas clásicas de grabación para un disco contemporáneo, pensando ya en el formato vinilo además del digital. Letras muy cuidadas con infinidad de referencias cinematográficas y literarias. Si afinas los oídos podrás escuchar frases que resuenan a David Lynch, William Burroughs o al mismo Dylan Thomas recitándose a sí mismo. Además del tiempo, el espacio también se difuminó. Muchas influencias americanas de estética y de sonido, vienen de mil discos, películas y libros, recuerdos de un viaje por la costa Oeste, pero nada de disfraces ni fingido. Todo real y cercano, hecho aquí. Un viaje desde la primera canción a la última. Empieza anocheciendo en el desierto (Joshua Tree) y acaba amaneciendo en Laurel Canyon. Plagado de pequeños tesoros como los que encuentras en un paseo por la playa. Disfrutamos mucho haciendo el mejor concierto posible, sonando lo mejor posible, sintiéndolo y metiéndonos a tope en la música. Las canciones cobran una dimensión especial y normalmente ganan en energía e intensidad. Creemos que es uno de los puntos fuertes del grupo, algo diferenciador.